La alcachofa es un ingrediente muy utilizado en la cocina mediterránea. Su particular sabor amargo la ha convertido en un vegetal insustituible en la cocina española.
Este vegetal, forma parte de nuestra cocina desde hace muchos siglos. Los romanos y los griegos ya la comían porque pensaban que era una planta con grandes propiedades digestivas y estimulantes y, la verdad, no iban muy desencaminados. En la actualidad, la alcachofa tiene infinidad de beneficios y es un alimento sano que no debería faltar en una alimentación equilibrada.
Las alcachofas son verduras ricas en agua, una fuente de magnesio, potasio, esteroles y bajo contenido de grasa. Se caracterizan por estar compuestas, sobre todo, de hidratos de carbono
Además, la hoja de la alcachofa es fuente magnesio, potasio y esteroles que actúan en sinergia junto a la cinarina, una sustancia tan aromática como amarga. La alcachofa es muy depurativa y capaz de ayudar a reducir el hígado graso, el colesterol alto y a mantener la tensión arterial.
Las alcachofas son ideales para cualquier tipo de plato, ya sean en ensaladas o en platos calientes, perfectas para adultos o niños gracias a su multitud de beneficios.
En Casa Antonio, usamos las alcachofas en muchos de nuestros platos como por ejemplo:


Aunque podemos consumir las alcachofas en conserva durante todo el año, lo mejor es comerlas y disfrutarlas durante el invierno, ya que es su mejor momento, cuando están más deliciosas. Lo mejor a la hora de comprar alcachofas es decantarse por las más pequeñas ya que serán las más tiernas y jugosas.
En España, se suele consumir la variedad alargada de color verde y tamaño pequeño llamada “Blanca de Tudela”, muy cultivada en Navarra, La Rioja, Murcia, Alicante, Prat del Llobregat y el norte de Castellón.