La trufa verano, no tan conocida como la trufa negra, debe su nombre al periodo en el que se realiza su recolección, que se centra principalmente entre los meses de mayo y agosto.
Es una trufa poco conocida debido, entre otras cosas, a que su valor económico es inferior al de la trufa negra, sin embargo la podemos encontrar ampliamente distribuida por toda nuestra geografía nacional y aunque se habla de valor inferior, no es nada despreciable, pues oscila entre los 30 y 100 euros de media.
Esta trufa que presenta similitudes a la trufa negra, dedica los 2 o 3 primeros años a favorecer su enraizamiento. La encontraremos enterrada a menor profundidad que la trufa negra siendo posible, a veces, observar montículos ya que puede levantar el suelo o incluso asomar en la superficie. Sin embargo, siempre es importante la ayuda de un perro adiestrado para extraerla.
Aunque es un hongo que no posee tanta potencia aromática como la trufa negra o de invierno, resulta más “comestible” que el “diamante negro”, pues es menos “agresiva gustativamente.
En cuanto a la trufa en la cocina, es muy fácil conseguir un plato excelente si utilizamos trufas. Normalmente las preparaciones suelen ser sencillas para así conseguir captar su imponente aroma. Algunas de nuestras sugerencias son:
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Almendras tiernas con queso de cabra y trufa de verano. Para nosotros es un placer poder cocinar con ingredientes tan selectos. En nuestra Casa podréis degustar este exquisito hongo que hará de vuestra comida toda una experiencia culinaria.
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