La trufa blanca es, sin duda, el diamante de la alta gastronomía. Y no sólo por su intenso y profundo aroma, si no por su escasez y limitada localización, que hacen que sólo esté al alcance de los mejores restaurantes.
Porque el Tuber Magnatum Pico o tartufo bianco, sólo se da en la región del Piamonte, en Italia, siendo Alba la localidad por excelencia de este tubérculo.
A pesar de ser una fuente de fibra, magnesio, potasio, calcio, sodio, hierro, zinc y cobre, su verdadero valor reside en el intenso aroma que desprende. Por eso se debe utilizar siempre en crudo, rallada o en finas láminas sobre platos lo más sencillos posibles para que no enmascaren sus flavores.
En Casa Antonio apostamos siempre por el mejor producto, por eso nos gusta traer este manjar a nuestra cocina.
Platos como, unos sencillos huevos fritos de corral con lascas de trufa blanca, o unas setas de cardo con yema de huevo de corral y trufa blanca, han servido para que este este tubérculo los haya convertido en platos dignos de nuestros mejores clientes.